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El Ojo del Maniquí

demonios vs demonios

Madrid llueve y todo es caos, las terrazas se meten, los balcones se cierran y yo tengo que quedarme encerrada en casa, no porque no me gusta que llueva, me encanta, me encanta como la niebla va cubriendo las calles, las iglesias, las plazas..., pero no, me tengo que quedar encerrada en casa porque por alguna extraña razón se me olvidó que era miércoles, pensé que era martes, por lo que no asistí a dos clases y lo peor de todo, ¡no he trabajado lo suficiente!

Pero dejemos las calamidades de mi percepción del tiempo-espacio atrás, los que me conocen solo suspirarán diciendo "hay Fer..." y los que no me conocen con el tiempo lo harán, no existe en este planeta persona más dispersa que yo, nadie vive en su propio mundo sin darse cuenta del mundo que hay por fuera como lo hago yo, tal vez sea por eso que me gustan tanto los cuentos como el de Alice in Wonderland, Wizard of Oz o Spirit Away, todos ellos protagonizados por chicas, viviendo aenturas extrahordinarias, viviendo una realidad paralela a su mundo y enfrentándose a sus propios demonios...

Pero hay demonios que aparecen de vez en cuando, demonios que no conocías y se presentan a ti en la ocasión menos apropiada y aquello viejos conocidos, esos demonios que esperabas ya se hubieran largado de tu vida y que se aparecen para recordarte de su existencia. En pocas palabras, somos una legión de demonios viejos y nuevos, conocidos y por conocer y a mí hace poco se me presentó uno, no saludó, era un muy viejo conocido. ¿Su nombre? Ya hace tanto tiempo que lo conozco que no necesitamos presentaciones, no recuerdo su nombre.

Se presentó así de repente en mi casa y reanimó la furia desde dentro de mí, nubló mi mente (ese es uno de sus juegos favoritos) y me atrapó en una ola de ira incomprensible... El resultado fueron gritos y golpes y mi labio inferior deshecho, la víctima, mi hermana.

Es difícil saber como compaginar espacios pequeños y emociones grandes, demonios antiguos peleando por el poder, por que de nuevo, después de muchos años se enfrentaron el demonio más antiguo de mi hermana con el mío y las dos perdimos.

Fernanda

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